Te esperaré en la habitación desnuda y viendo a la pared, escucharé
tus pasos poco a poco acercándose, como abres la puerta, el roce de tus manos
al tocarme y tus labios besando mi cuello. Pero tú eres bueno conmigo y aunque
luego sigamos el juego me giraras para que pueda verte, abrazarte y besarte
después de tanto tiempo otra vez; después de eso sí empezarás a jugar tapándome
los ojos con el fular negro. Me llevarás suavemente hacia el baño y me ayudarás
a entrar en la ducha, llenarás mi pubis de espuma de afeitar y empezarás a
rasurarme, yo empezaré a gemir porque el contraste del calor de mi cuerpo y el
frío de la espuma será mortal, saber que me estás tocando y te tengo tan cerca
me tendrá demasiado excitada; me lavaras cuando termines y no podrás resistirte
a masturbarme porque notarás que estoy empapada esperándote. Me llevarás
delante de la cama y te harás con las cuerdas que has visto sobre la mesa,
empezarás a colocármelas alrededor del cuello, rodeando el pecho y sujetando
mis brazos atrás; sabes cómo quieres atacarme y cómo quieres poseerme, en
principio no hay más cuerdas. Una vez estoy atada me dejas así y empiezas a
desnudarte, para dote de vez en cuando para besarme. Siento que te acercas y
empiezas a tocarme, me acaricias, dios necesito sentirte dentro ya, y de pronto
siento la embestida suave pero precisa, siento que voy a estallar de placer, volvemos
a aquellos juegos, siento como mis orgasmos son continuos y tú no paras de
darme placer. Gimo de placer como hace tiempo no lo hacía, hay tanto deseo, nos
fundimos en un orgasmo compartido que nos deja extenuados y te dejas caer
pegado a mí sin dejar de abrazarme. A medida que nos recuperamos empezamos a
charlar, dulcemente, con cariño, me has quitado el fular de los ojos y puedo
verte aunque continúo atada. Me sueltas un rato las manos y por primera vez
puedo acariciar tu cuerpo desnudo, miro tu pene erecto de nuevo y me acerco a
besarlo suavemente empezando en la punta hasta la base, mordisqueando
suavemente los testículos, lo introduzco en mi boca suavemente, noto como te
estremeces de placer, eres mío, tu pene vibra cuando acelero el ritmo, me
encanta sentirte así, pero ahora quiero follarte , y voy a
cabalgarte dándote la espalda ,quiero sentirte otra vez dentro de mí, nos
adosamos de nuevo y nuestros gemidos suenan al unísono hasta volver caídos
rendidos otra vez.
Te gustó poseerme así de nuevo atada como antiguamente? rasurarme como te gusta
que esté para ti? No lo sé. Éstas fotos también van a gustarte, están elegidas
con mimo, me gustan, las veo y pienso en ti y en mí, en las cosas que
descubrimos juntos y en todo lo que nos estamos perdiendo. Pero también me
gusta el sexo vainilla, que seas tú quien me desnude suavemente, besando cada
centímetro de mi cuerpo, poder verte y tocarte, creo que sin duda el viernes
dará para ambas cosas y quizás necesite el vainilla primero, aunque me seduzca
ducharme contigo y reírme mientras me rasures porque será un trabajo que dejaré
para que hagas tú, quiero sentir tus manos mientras lo haces, mi sexo húmedo
con tu contacto y mi deseo aumentando por segundos pidiendo que termines y me
folles de una vez. Sentir que eres mío y que lo que pase fuera no importa, que
somos tu y yo, disfrutando de esa pasión que nos ha perseguido siempre, luego
si quieres podemos jugar con las cuerdas y empezar de nuevo sin que pueda
tocarte y tú mandas, tú decides.
Ya estoy en
la habitación. Llamo y escucho tú voz como me pides que espere. Te siento ir
deprisa a la puerta y como la liberas. Cuento hasta 3 y entro.
La habitación
está a medio oscuras. Tú estás en medio de ella tal y como te dije. Con el
liguero, el sujetador negros y el antifaz puesto, subida en los tacones y con
la cuerda en las manos a la espalda. Me acerco a ti lentamente observándote. Se
te nota que estás impaciente. Cuando estoy a tú altura te cojo el culo y te lo
aprieto. Tú te sobresaltas y das un pequeño respingo. Te susurro al oído un
hola que te sabe a gloria. Entonces te doy un azote suave.
Cojo la
cuerda y te ato las manos por delante. Mientras rozo con ella tú cuerpo y
consigo agitar un poco más tú respiración. Te rozo la boca con mis labios y nos
besamos. Tú intentas subir las manos pero yo no te dejo. Te tengo sujeta por la
cuerda.
Te llevo
hasta el cuarto de baño y te meto en la ducha. Te empiezo a tocar buscando tú
clítoris. Está algo húmedo. Luego empiezo a echar la espuma por todo el pubis y
te mueves nerviosa. El frío de la espuma está haciendo su efecto. Cojo la
cuchilla y empiezo a afeitarte. Te gusta, te excita. Entonces te quito el antifaz
y te dejo que termines. Tú me miras con ojos de quererlo todo. Con muchas ganas
de tirarte encima de mí pero no te dejo. Cuando terminas te paso la mano para
comprobar que está bien afeitado. Está muy suave y me gusta. Te vuelvo a tapar
los ojos y te saco del baño. Te tumbo en la cama y te ato los pies con las
manos. Es una posición un poco incomoda pero me permite tenerte completamente
expuesta. Entonces empiezo a jugar con tú clítoris de nuevo. Lo toco, lo
acaricio, lo beso mientras tú te estremeces. Entonces empiezo a jugar también
con tú ano. Tú no sabes cómo moverte. No puedes parar. Te digo que te tienes
que correr. Cojo un consolador y te lo introduzco por detrás mientras mis dedos
acarician tú interior. Una y otra vez hasta que me suplicas que no pare. Y
entonces lanzas un gemido casi ahogado y llegas al éxtasis. Tú vientre se
convulsiona como si quisieras echar algo de dentro de ti. Te saco el consolador
pero con los dedos sigo acariciándote mientras tú vas relajándote poco a poco.
Te dejo tumbada en la cama. Te desato los pies de las manos pero no te suelto
del todo. Sigues atada. Empiezo a besarte y esta vez si te dejo que muevas los
brazos con las manos atadas. Entonces te das cuenta que estoy vestido. Y te
digo al oído, “te toca a ti".......