lunes, 25 de agosto de 2014

AQUEL PRIMER RELATO QUE NUNCA LLEGÓ A CUMPLIRSE


Por fin había llegado el día. Ella estaba en el tren ya de camino a Madrid. No le faltaba mucho para llegar aunque a ella se le estaba haciendo eterno. Pero hacía que un viaje en tren se le estaba haciendo tan "largo" pero a la vez tan placentero. Con ella llevaba una pequeña bolsa con un poco de ropa y sus cosas. Esas cosas que esperaba poder enseñarle. Hacía mucho que no se veían, se tocaban,....
Ya estaba entrando en Madrid. En media hora estaría en el hotel. No se lo podía creer. Pero sabía que aún le tocaba esperar un poco más.

Según entraba en la habitación del hotel veía que no eran muy diferentes unas de otras. Sencillas y prácticas. Pero parecía que había algo en el ambiente. Probablemente era su impaciencia. Sus ganas de que él llegara cuanto antes. De estar juntos. Aún faltaba. Había que tener paciencia. Mientras se prepararía y se pondría cómoda. Saco la ropa que se iba a poner de la bolsa y la estiró encima de la cama. Puso a sus pies los zapatos de tacón que hacía tiempo que no se ponía. Desde la última vez que se vieron. Le traía tantos recuerdos!!!!!

Eran las 19:30 horas y aún no había llegado. Ella estaba medio vestida. No es que llegara tarde, es que ella estaba impaciente. Volvió a repasar la ropa y todo lo que había traído. En eso estaba cuando oyó unos golpes en la puerta. Alguien llamaba. Su corazón se aceleró y corrió a abrir. Era él. Según lo tuvo delante no le dejo ni entrar cuando se abalanzó sobre él y le beso. Hacía tanto tiempo!!!!!!
Entraron en la habitación sin soltarse. Sin separarse hasta que llegaron a la cama y se tumbaron abrazados. Y siguieron besándose y abrazados. Pasado un rato se separaron para verse mejor. Parecía mentira el tiempo que había pasado. Él se sentó y se quito su cazadora azul y empezaron a ponerse al día. Pero en esta ocasión los problemas que cada uno tenían no parecían tan graves. Sería porque contarlos en persona hace que suenen mejor que por teléfono. Sentir el aliento del otro según te habla es otra cosa. Hace las palabras más vivas. Lo hace todo más cercano.

Pasado un buen rato él propuso ir a dar una vuelta y cenar algo. Había pasado ya un tiempo desde que él había llegado pero no sabían cuanto. Habían perdido la noción del tiempo.
Se levantaron de la cama y mientras él se ponía el abrigo ella se calzó. Cogió su abrigo, su bolso y se acercó a la bolsa de viaje. Cogió algo de el y lo metió rápidamente en el bolso. Parecía esconder algo. Y salieron por la puerta. Se volvieron a besar en el ascensor y salieron por la puerta del hotel. Hacía frio pero les daba igual. Parecía que no lo sentían. Y se fueron a cenar. Como la primera vez que se conocieron...........

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