lunes, 7 de marzo de 2016

 


                                             SU SUAVE PIEL

Llego a su casa y empieza besarme como siempre desde que entro, con cariño, suavemente y poco a poco empezamos a desnudarnos. Me encanta esa sensación en él de necesitar que lo abracen, que lo mimen, que le den cariño; porque es precisamente lo que yo también necesito. Empezamos a acariciarnos y hacernos el amor con la misma suavidad y dulzura con la que hace todo, pero es puro placer llevado al máximo.
Se levanta tras besarme y prepara un baño, mientras vuelve conmigo a la cama hasta el momento en el que el agua está a punto, me acompaña a la bañera  donde yo entro primero y él entra luego poniéndose delante de mí, apoya su cabeza en mi hombro y con una toalla pequeña como en épocas antiguas le voy mojando y retorciendo el chorro de agua que cae de la toalla sobre su pecho; charlamos, nos reímos, beso su frente...
Cuando volvemos a la cama le doy un masaje con aceite como a él le gusta, su piel ya es suave, pero el aceite le da una suavidad y olor especial, mis manos van solas a la ve que él se deja en su momento de rélax. Volvemos a hacer suavemente el amor, fuera se escucha llover fuertemente, nosotros sólo hemos disfrutado de una tarde extraordinaria de sexo, cariño y rélax.

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