martes, 15 de marzo de 2016





                     UNA PLACENTERA MAÑANA

Por fin llegó el día de conocerse íntimamente, los dos estaban nerviosos, algo inquietos, el deseo les podía; ella llevaba muy poca ropa, pero él estaba vestido por completo, ella le desnudó poco a poco y se tiraron en la cama poseídos por la pasión. Se exploraron mutuamente, como si fuesen a reconocerse, ella no paraba de reír, estaba pletórica, charlaban, tenían sexo, volvían a charla y a reír, otro rato de sexo. Las horas pasaban y ellos no querían separarse, ojalá el reloj no moviese sus agujas, pero como todo lo bueno, la mañana también llegó a su fin y con ella la despedida, debían volver cada uno a sus quehaceres, se besaron de nuevo con pasión antes de despedirse.
Cuando ella se quedó sola volvió a pensar en las mismas sensaciones que había tenido antes de esa mañana,¿es un espejismo?¿desaparecerá?porque no cree que pueda haber encontrado a un hombre como él...

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